domingo, 20 de abril de 2014

MARAÑUELAS DE CANDÁS


Luanco y Candas son dos bellos pueblos costeros Asturianos situados en la parte oriental del Cabo de Peñas a pocos kilómetros de Gijón, en los que me suelo perder de vez en cuando para disfrutar de sus paisajes y de su gastronomía, y una de las cosas que más me gustan de estos dos maravillosos pueblos son las marañuelas.

Candás y Luanco se disputan el origen de la popular pasta, cuya introducción en Peñas se atribuye a los vikingos.
Tanto en Candás como en Luanco, desde hace más de 400 años, la marañuela ha sido empleada en Pascua como Bollo para padrinos y madrinas para agasajar a los ahijados. 



El caso es que cada maestrillo tiene su librillo, y en las dos capitales del Cabo Peñas se compite, año tras año, día tras día, en cuál es mejor, y en cuál fue primero. Como para gustos se hicieron colores, la primera solución depende del paladar, depende de un juicio subjetivo. Pero para decidir cuál fue primero, si el huevo de Candás o la gallina de Luanco, o viceversa, hay que acudir a la Historia.


¿Cuál es su origen?
A ambos lados del río Pielgo se discuten y se argumentan los motivos por los que la marañuela es candasina o luanquina en origen. Y finalmente parece ser que ni lo uno ni lo otro, pues la marañuela vino del frío. Es decir, que el dulce llegó de mano de los habitantes del norte de Europa. Existe el mito popular, con alguna referencia genética, de que el núcleo poblacional de Antromero fue escenario de un desembarco de vikingos. Existen referencias en algunos textos históricos de este hecho, e incluso versiones noveladas del mismo. Hoy en día, algunas gentes de la comarca con el pelo rubio o cobrizo son señaladas como descendientes de aquellas hordas de los países nórdicos, sin mayor precisión cronológica que la Edad Media.

Y los nórdicos entran en escena porque ellos son el probable origen de la marañuela. Dado que este dulce no es común en la rasa cantábrica y es característico de Peñas, con el hecho añadido de tratarse de una región eminentemente pescadora, la intervención de los vikingos pudo ser decisiva. Así lo relatan los escolanos que a finales de los años setenta viajaron con el párroco candasín de entonces, Don Valeriano, a Suecia. Allí comprobaron cómo en alguna localidad de esta nación nórdica se comercializaban pastas exactamente iguales a las de Candás y Luanco. Con sus formas de caracol, lazos y cruces, las marañuelas se vendían en la misma proporción y sabor que aquellas por las que los candasinos y luanquinos peleaban.

Pero el debate que verdaderamente divide, porque no goza de argumentos sólidos, es quién la elaboró primero. Y así, tras la expedición de Don Valeriano y los escolanos al norte de Europa, parece que la riña ya no tiene sentido. Fueron los vikingos.


¿Cuál es la diferencia entre las Marañuelas de Candás y las Marañuelas de Luanco?
La marañuela, como bien es sabido, tiene como especial cualidad su larga duración. De hecho, se prefiere dejar pasar los días o las semanas para hincarle el diente. Hasta un año es un tiempo más que adecuado para poder comer un dulce como éste. Como Candás y Luanco son poblaciones eminentemente pescadoras, la marañuela pronto se convirtió en un alimento habitual en las largas costeras del bonito y expediciones balleneras.

Dicen en Candás que la marañuela de Luanco es muy dura. Mientras, los luanquinos hablan de lo blanda que es la de la capital de Carreño, el caso es que como es un dulce muy casero, en cada hogar la receta tiene alguna peculiariedad. Sin embargo, en términos generales, la diferencia está en los ingredientes, más en concreto en los huevos y la textura que éstos aportan a las Marañuelas. Las de Candás se hacen con huevo entero y las de Luanco con yema, esto hace que las de Candás sean un poco más tiernas y las de Luanco más duras.




  • 4 huevos
  • 350 g de mantequilla de buena calidad
  • 500 g de azúcar
  • 1 kg de harina de fuerza (puede que no la necesitemos toda)
  • Ralladura de 1 limón
  • 1 copa de anís
  • 1 sobre de levadura química tipo Royal o una cucharada: 15g



1. Clarificamos la mantequilla para quitarle las impurezas, de esta forma nos quedaremos solo con la mantequilla brillante y cristalina: La ponemos en una olla a fuego mínimo y dejamos que se deshaga sin revolver. Veremos que va subiendo a la superficie una especie de espuma blanca, que será la que retiraremos, quedándonos sólo con la parte de abajo amarilla. Dejamos templar.


2. Hacemos un volcán con la harina y la levadura y poco a poco vamos añadiendo en el centro la mezcla de mantequilla, los huevos, el anís, la ralladura de limón y el azúcar.

3. Amasamos todo hasta que quede una masa elástica. Si es necesario, podemos añadir un poco más harina.

4. Partimos la masa en trozos y de cada trozo hacemos tiras de masa. Hacemos la forma de las galletas. Yo hice 4 formas distintas: trenzas, espirales, palmeras y pretzel.


5. Vamos colocando un algo separadas porque crecen un poco, en la bandeja con papel de horno, o en mi caso: con mi inseparable Dübör y metemos en horno precalentado a 180 ºC de 20 a 30 minutos, hasta que estén doradas las marañuelas.


6. Dejamos enfriar sobre una rejilla y listas para disfrutar y para dejar la casa envuelta en un olor que tendréis que cerrar bien las ventanas para que los vecinos no se os agolpen en la puerta!!! Es espectacular, palabra de golosa!!
Un besazo enorme, yo me voy a ir mentalizando de que en pocas horas se acaban las vacaciones, y  toca volver al trabajo... Todo sea porque estoy encantada con mis peques del cole, y la pena se pasa en cuanto les veo las caritas de entusiamo. ¡Qué bonito es ser niño!!!! ¡Y cuántas cosas podemos aprender de ellos...!



2 comentarios:

  1. Estan riquísimas pero me rompía mucho la masa al estirarla y darles forma, ¿por qué puede ser?

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    1. Hola Lorena! Cuando te refieres a que se te rompía ¿quieres decir que estaba poco elástica? Porque entonces algo ha salido mal, es una masa muuuuy elástica, casi tirando a blandita. Otra cosa es que si te fijas en las fotos de antes del horneado: se quedan con una especie de estrías o surcos, porque no es una masa homogénea como puede serlo otra. Ya me dirás si finalmente pudiste hacerla, porque te puedo asegurar que están riquísimas!!! Un besote

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