viernes, 21 de noviembre de 2014

BÚHO DE LA SUERTE PARA MI HERMANA. Jugoso bizcocho de chocolate y calabacín.


Hola mis dulces!

Hoy os traigo una tarta muy especial para mí, una tarta en forma de búho para mi hermana, porque los búhos son famosos por ser portadores de la buena suerte, y mi hermana Maite se merece toda la suerte del mundo y más para poder seguir luchando contra viento y marea como lo está haciendo. 


La receta es un jugosísimo bizcocho de chocolate y calabacín, este tipo de bizcochos densos que incorporan verduras tienen la ventaja de que podemos rebajar la cantidad de grasa sin comprometer la jugosidad, y su sabor es increíble, uno de mis favoritos sin duda, lo podemos hacer para comer sólo sin decorar en molde de plum cake o en molde bundt cake, os sorprenderéis seguro.


Como siempre, para facilitar todo el proceso, os dejo en color azul resaltado los enlaces de  los materiales, técnicas y otras recetas que usé en la elaboración de la tarta.
En mi caso tripliqué la receta porque la tarta era enoooooorme, y la hice en tres moldes de 22 centímetros de diámetro. Luego la corté en capas con la lira cortatartas, y la rellené de ganaché de chocolate, luego simulé las plumas del búho mediante la técina de “Petal cake” y le fui poniendo detalles con fondant sodifer  aromatizado con unas gotas de esencia de chocolate, y quedó riquísimo, un truco que usaré a menudo en el fondant con nuevos aromas.


Os dejo con la receta que se convertirá en uno de vuestros bizcochos favoritos al igual que me sucedió a mí.



  • 250 g de calabacín
  • 130 g de harina
  • 45 g de cacao puro en polvo tipo Valor
  • 2 cucharaditas de levadura química (Royal)
  • 1/2 cucharadita (tsp) de sal
  • 1/2 cucharadita (tsp) de canela en polvo
  • 1/2 cucharadita (tsp) de jengibre molido
  • 2 huevos
  • 100 ml de aceite suave (yo uso de oliva)
  • 250 g de azúcar moreno
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla


En primer lugar trituramos o bien rallamos el calabacín. 

En segundo lugar, tamizamos los ingredientes secos: harina, cacao, levadura, sal, canela, jengibre y añadimos el azúcar moreno.

Aparte mezclamos los ingredientes húmedos: huevos, aceite, vainilla y el calabacín rallado.

Ahora mezclamos con una lengua o espátula de cocina la parte líquida con la mezcla seca. Nada de agitar ni mezclar vigorosamente ni nada por el estilo, lo haremos de forma suave para que nos quede un bizcocho jugoso sin burbujas de aire.

Una vez que esté todo integrado, lo verteremos en un molde enmantequillado o en mi caso: rociado con spray desmoldante Dübör y lo metemos al horno precalentado a 170ºC durante 50-60 minutos, o hasta que al pincharlo con un palillo o brocheta salga límpio.

Una vez hecho, dejamos reposar 15 min antes de desmoldar y lo dejamos enfriar en una rejilla enfriadora.



Y para despedirme, quiero dedicarle a mi hermana este poema, y decirle que te admiramos por ser tan fuerte y luchadora, y que si el cariño es medicina, con el nuestro tienes la mejor de todas! 

No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el peso y retomar el vuelo. 

No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir los sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo. 

No te rindas, por favor, no cedas. 

Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno. 

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque yo te aprecio, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo. 

Abrir las puertas, quitar los cerrojos, bajar el puente y cruzar el foso, abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto. 

Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos. 

Mario Benedetti